Hay una mujer que siempre está de pie en la estación. Con los cabellos sucios y los zapatos agujerados. Ella grita enfurecida a las aves y a las sombras, a las risas en el sol del medio día. Incapaz de ver el mundo girar. Los ♠iños huyen de su vista, los demás aborrecen su olor. Y hablando a sí misma jamás tiene nada que decir. La vi llorar una vez. Algo sobre un árbol y un tal José. Tu dolor es mío, yo lloro también.