Tuve un sueño la otra noche: Fui a un cine, o un teatro, con todos los amigos de siempre, yo había comprado las entradas y sabía que tú también ibas a llegar en cualquier momento. Quise sentarme junto a tí, pero cada vez que tomaba un asiento tú te movías uno más al lado. Hasta que cambiaste totalmente de fila, creo que habías comprado una entrada nueva, y yo solo tenía ganas de llorar. Sé que no eres cruel en el mundo real pero tu ausencia es una herida en mi corazón.